-Si tuvieras la misma experiencia que yo, Mallinson, sabrías que hay ocasiones en la vida en que lo más cómodo es no hacer nada. Lo mejor es dejar que todo suceda como ha de suceder. La guerra fue una cosa parecida. Se es afortunado cuando la contemplación de la novedad nos hace olvidar todas las sensaciones desagradables.
-Es usted demasiado filosófico para mí. No era así como hablaba en Baskul.
-Desde luego que no. Allí tenía la posibilidad de alterar los acontecimientos con mi esfuerzo; pero ahora esa probabilidad no existe, por lo menos por el momento. Estamos aquí porque estamos aquí. No hay otra razón, ni me molesto en buscarla.
James HILTON, Horizontes perdidos, Plaza y Janés, Barcelona, 1968.