Quizá Goering sea el nuevo Führer cuando muera Bormann. Parece distinto de los otros. Bormann subió antes porque estaba allí esperando mientras Hitler empeoraba. El viejo Goering, en cambio, se pasaba los días en su palacio de los bosques. Goering debía de haber sido Führer después de Hitler, pues su Luftwaffe había destruido los puestos de radar ingleses, y luego la RAF. Hitler hubiera preferido que bombardearan Londres, hasta no dejar una casa en pie, como en Rotterdam. Pero Goebbels se le adelantaría seguramente, decidió. Eso era lo que decía todo el mundo. Si el espantoso Heydrich no llegaba antes. Heydrich los mataría con gusto a todos. Estaba loco de veras.
Philip K. Dick, El hombre en el castillo, Minotauro, Barcelona, 1986.