Jorge Luis BORGES: "Nadie puede leer dos mil libros. Yo no habré pasado de una media docena. Además no importa leer, sino releer."

sábado, 17 de marzo de 2012

KING: No habían buscado nada de todo aquello


McCone apareció de pronto en el compartimento de primera clase, con una pistola en la mano. Al ver a Richards, se plantó ante él. Ambos dispararon al mismo tiempo.

El cazador desapareció tras la cortina que separaba primera y segunda clase. Richards cayó sentado al suelo. Se sentía muy cansado, y tenía un gran agujero en el vientre, por el cual se veían los intestinos.

McCone volvió a aparecer en el compartimento, tambaleándose. En la boca lucía una sonrisa. Parecía que le faltaba media cabeza, arrancada del resto por el disparo, pero aun así sonreía. Disparó dos veces. La primera bala se incrustó en la pared por encima de la cabeza de Richards. La segunda fue a dar justo bajo la clavícula de éste.

Richards volvió a disparar. McCone dio un par de pasos tambaleándose, como si estuviera ebrio. La pistola se le escurrió de entre los dedos y de pronto pareció que el tipo se ponía a observar el compacto techo de polietileno blanco del compartimento de primera clase, comparándolo quizá con el de segunda. Por fin, cayó al suelo. El olor a pólvora y a carne quemada era penetrante y vivo, tan característico como el aroma a manzana de las prensas para sidra.

Richards se puso en pie muy lentamente, con una mano sobre el vientre para que no se le salieran los intestinos. Atravesó la segunda clase. Ahora iba mejor, la succión no era tan intensa. Pasó sobre el cuerpo tendido de McCone y cruzó el compartimento de primera. La sangre le salía profusamente de la boca.

Se detuvo a la entrada de la zona de cocina e intentó recogerse los intestinos. Sabía que a éstos no les gustaba nada estar allí fuera. No les gustaba en absoluto. Estaban ensuciándose. Deseó llorar por sus pobres y frágiles intestinos, que no habían buscado nada de todo aquello.

No consiguió recogérselos del todo. Estaban enredados y no había modo.


Stephen KING, El fugitivo, Círculo de Lectores, Barcelona, 1986.