Jorge Luis BORGES: "Nadie puede leer dos mil libros. Yo no habré pasado de una media docena. Además no importa leer, sino releer."

jueves, 9 de febrero de 2012

FREUD: El tabú de la sangre


Para explicar este tabú de la virginidad es posible aducir factores de diversa índole. En la desfloración de la muchacha por regla general se derrama sangre; por eso el primer intento de explicación invoca el horror de los primitivos a la sangre, pues la consideran el asiento de la vida. Múltiples preceptos, que nada tienen que ver con la sexualidad, demuestran la existencia de este tabú de la sangre; es evidente que mantiene estrecha relación con la prohibición de matar y constituye una defensa erigida contra la originaria sed de sangre del hombre primordial, su placer de matar. Esta concepción articula el tabú de la virginidad con el tabú de la menstruación, observado casi sin excepciones. El primitivo no puede mantener exento de representaciones sádicas el enigmático fenómeno del flujo mensual catamenial. Interpreta la menstruación, sobre todo a la primera, como la mordedura de un animal mitológico, acaso como signo de comercio sexual con ese espíritu. Alguno de los informes permite discernir en este espíritu el de un antepasado, y así comprendemos, apuntalándonos en otras intelecciones, que la muchacha menstruante sea tabú como propiedad de ese espíritu ancestral.

Sigmund FREUD, Contribuciones a la psicología del amor, Esplandián Editores, Madrid, 2001.